La importancia de la ética y de la conducta profesional para los abogados

Ética proviene del griego "ethos", que significa "hábito, costumbre, uso". Hoy en día, usamos la palabra "ética" para referirnos al conjunto de normas y conductas de un individuo o grupo social. En Filosofía, la ética estudia los fundamentos de la moral y busca discernir el bien del mal.

Las leyes de nuestro país se basan en nuestra ética colectiva, en lo que entendemos por "bien" y "mal". Pero, dado que en algunas profesiones la frontera entre el bien y el mal es tenue, existen códigos deontológicos que rigen la profesión. Los abogados se rigen por este Código Deontológico.

Por ejemplo, no es ético que un abogado comparta detalles de un caso con otros – y el código deontológico lo asegura con el deber de secreto profesional. Por otro lado, el abogado nunca debe olvidar su papel en la sociedad y en la comunidad en su conjunto. La ética nunca puede ser superficial.

En resumen, el éxito de un abogado no puede medirse únicamente por los casos que gana o pierde en los tribunales. Existe un compromiso con el bien común de la sociedad, por lo que el abogado debe actuar siempre con buena conciencia, éticamente, amparado en la ley y su código deontológico.

Cabe señalar que este código ético debe acompañar al abogado en todo tipo de casos, no solo penales. Por ejemplo, la ética también se debe seguir em casas corporativos, disputas familiares, etc.

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